404 not found - Salta


28/02/24
El blog vuelve a abrir sus compuertas cibernéticas, no por deseo consciente, mucho menos por la conformidad lograda por los borradores que se verán, sino por respeto a creencias de origen místico, justificadas en mi vida a través en frases populares:

nobleza obliga.

Este borrador, lo escribí en marzo del año pasado. No me pareció la gran cosa sinceramente, no lo desarrollé, mucho menos lo hice público, con excepción de mi compañera. En ese momento, no había indicios de un viaje a la Puna, mucho menos de lo que sucedería casi un año después:


No conozco Salta 

No conozco Salta 

Últimamente un pulso constante, últimamente un pulso constante...

Últimamente hay un impulso inevitable, que allá me lleva. 

Cuando anochece, como si fuese un dron navegante, paseo entre las montañas rojas y el universo observador. Un silencio visual, es la fauna abisal que me llama como una estrella fugaz, que late al igual que la luz de un faro de mar en una noche de tormenta.

No conozco Salta pero así se siente.

Durante la estadía en Salta, se siente una presión en el pecho y en el ego. Tan pequeños, siendo la nada completando el universo. Sin la vergüenza, sin la moral, ni la ética, se toma real consciencia del cuerpo. Arropado con un poncho, suave y calentito. Como el ronroneo felino, como un abrazo boreal. Y así, entre tantos colores, con un disfraz de plumas de diablodioses: se vive, celebra y desea en carnaval.

Se percibe la no-ciudad. Se aprecia el silencio, tantas veces interrumpido por el ruido del ascensor activando y desactivando sus mecanismos. Se respira polvo, puro de estrellas que dieron cuerpo a los cerros con aroma a barro, selva y agua. Y aunque llueva en demasía y los ríos se colmen, aunque sólo los relámpagos iluminen y hagan latir los pechos y la tierra, las aguasblancas en Salta, nos envuelven en nubes de sapiencia.

Se escuchan montañas negras, grises, azules, melódicas caravanas de bichitos encabezados por luciérnagas, que luego de largas jornadas de viaje descansan en los millares de piedras de río pulidas por la eternidad. 

Salta tranquilamente al vacío, lleno de vida. Tan frágil como una copa de cristal dando vueltas en la galaxia.


A este borrador lo encontré diez días después de haber llegado de Salta, falto de poder encontrar palabras que estén a la altura de contar lo que sentí durante este espiritual viaje.
Spunqui






Comentarios

Entradas populares