Filosofía millenial y zapatos en 4 cuotas

Soñé muchos años con no ser menos que el Che Guevara. 

Pero la imaginación y las ideas se van volando más rápido que los pelos.  

Los años me regalaron irresponsabilidad de darme cuenta de que en realidad,
yo,
soy más normalito de lo que esperaba.

y ahora mi lucha es por un puesto estable en un banco. 

Pero igual sigo siendo yo. No me miento. 

 Aunque yo, en realidad no sería yo, sí no fuera por él.

Sigo siendo siendo el que rompe los esquemas, sobre todo, mentales.

Todavía no voy a volver de Narnia, pese a que haya un muerto en el ropero 

y otros dos en la oficina. 

Y es que nunca me atreví a gritarte que te amaba,
Charly García. 

Excepto por esos tres recitales, el mural y la primera vez que escuché la canción  para mí muerte. 

Sorpresas te da la vida cuando te reencontrás con los amigos de tu adolescencia, en un velorio.

Yo estuve en las primeras filas de la revolución. 

Y cuando quise dar vuelo a las piedras del proletariado, la mano invisible de la moral me paró. 

También mamá me corto las alas, allá por el 2010. 

La bici se me pincha cada 700km desde entonces.

¿Quién soy?

Si me detengo alguna vez a pensar

¿Quién soy?

Si profundicé el concepto marxiano de alienación

al punto tal de vivir con dos celulares

¿Quién soy?

Si el fenómeno de la década es el trastorno de ansiedad

¿Quién soy?

Si no leí el apunte de la vida

¿Quién soy?

Si en realidad no estoy escribiendo esto

Porque sonó el teléfono en el trabajo

Y estoy agendando reuniones

¿Quién soy?

Después de que me robaron la bicicleta

¿Quién soy?

Si imagino el sonido del ácido

Que disolvía los cuerpos de los estudiantes mexicanos

¿Quién soy?

¿Y porque quiero escribir?

¿Quién soy?

Si no escribo

¿Quién soy?

Cuando me río

¿Quién soy?

Cuando camino enceguecido por la calle.
¿Quien soy?
Si ya no creo ni en lo que veo
¿Quién soy?
Si mi cabello no es mi fuente de poder
¿Quién soy?
Escupiendo tags que no duran más que una llovida.

¿Quién es spunqui?