Sueño con serpientes
Desde que supe que desapareció, sueño con serpientes. Para que entre el espacio de mis ojos y mis párpados, levite tranquila la instantánea suavidad que me transmiten las palmas de unas manos.
Las serpientes salen como cuerdas desde el barro en un bohío cubano y viajan en ondas de un eco indú, buscando azularse en el mar selvático y rebelde. Hasta que son levantadas por los triángulos que hacen a la red de una antena. Que las comprime en la oscuridad pequeña de la cabidad de la memoria de mi celular. Las atrae el veneno agrio que huelen en mis dedos y se lanzan con sus colmillos empapados y sedientos intentando romper el cristal. Que ahora parece aún más frágil que las burbujas que se activan irónicamente como protector de pantalla a cada minuto. Y a cada minuto son una menos. Hasta que solo veo a una solitaria, ya no como serpiente si no como lombriz. Estrategia de guerra - pienso- , mientras siento salir del los diminutos agujeros del auricular una ráfaga de bichitos cremosos que se pasean entre la cera y las micro velocidades, cito: en el témpano de mi tímpano. Como una llama, las caricias me quitan los temblores y el pecho cesa el titubeo, siento las serpientes con su piel de yemas esparcirse con la respiración cada vez más lentas, lentamente durmiéndose conmigo.
.

Comentarios
Publicar un comentario