Introducción a lenguaje musical I . Por Jenaro Di Paolo
Se complementaban exquisitamente a la hora de ejercer su gobierno sobre todos los seres vivos, danzando a través de cada palabra, cada rugido, cada gesto, cada paso, cada golpe de tambor; dando a cada uno de estos seres la capacidad de interactuar entre si y relacionarse con su entorno. Pero conforme cronos, junto a su esposa, hacia y deshacia destinos, vidas y muertes, parecía no poder encontrar el tiempo necesario para ocuparse de la adolescencia de sus hijos. Y es que el mandato (tácito, como cualquier mandato, aunque en este caso seria un destino inexorable) había sido claro: ambos nunca podrían fornicar con su madre, que por cierto era la distancia.
Como suele pasar ante una prohibición social tan tajante, ambos habrían de enamorarse, depositando su deseo sexual en ella más que en cualquier otra diosa femenina. Luego de varias batallas épicas disputándose el amor y el consentimiento de su madre, el sonido y el silencio llegarían a un acuerdo: ciertamente era menester asesinar a cronos, ya que este bloqueaba el acceso carnal a la distancia. El plan fraguado consistía en convencer a los humanos mortales de la necesidad de reducir el tiempo y acortar las distancias, pero en un comienzo los humanos se opusieron. Habían desarrollado una vasta variedad de formas de comunicación entre si y con las demás especies vivientes logrando una convivencia ecosistémica ciertamente apacible.
Ante esta negativa los hermanos enfurecieron y comenzaron a dividir a los humanos entre si y con las demás especies. El silencio fue el primero en actuar, disminuyendo la capacidad del oído humano para codificar y entender el lenguaje de las distintas especies; a su ves el sonido dividió las lenguas humanas impidiendo su comunicación y pidió a su madre que los dispersara por todo el globo terrestre.
De esta manera las cosas en la tierra comenzaron a ser un poco diferentes. Los humanos ya no entendían el lenguaje de las otras especies y se sentían indefensos, inseguros y amenazados. Por otro lado el tiempo y la distancia los habían alejado y por eso, cada ves que se encontraban y ante la incomprensión, no podían más que verse como extraños y no como hermanos. Debido a su oído subdesarrollado, los humanos comienzan a depender cada ves más de la vista y por lo tanto la oscuridad y el salvaje sonido de las noches los aterrorizarían durante milenios.
Al ver la angustia e indefensión que habían desatado entre los humanos, el sonido y el silencio volvieron a proponerles un trato: ciertamente habrían de cumplir su designio, reducir el tiempo y acortar las distancias, pero a cambio los humanos gobernarían el tiempo y, por lo tanto, su destino, a la vez que dominarían a la naturaleza y las demás especies vivientes.
Al enterarse de esto cronos interviene haciendo que los humanos olviden este trato, no obstante el daño ya estaba hecho y el tiempo otra vez corriendo. La naturaleza seria vista de allí en más como algo externo al ser humano, como un recurso a ser dominado, como algo que debía ser cortado, explotado, medido y estudiado en pos de la preservación de la especie (más luego también para la preservación de la taza de ganancia). Las distintas razas humanas también comenzarían a medirse de acuerdo al dominio que habían logrado ejercer sobre la naturaleza y las demás especies, de está manera algunas razas dominarían sobre otras, siempre en pos de aquel pacto tácito.
……
No obstante esto, no todos los seres humanos desarrollaron las mismas formas de dominio y gobierno de los otros y la naturaleza. Y si bien han incurrido y siguen incurriendo en muchas incomprensiones lingüísticas y de todo tipo, si bien parecen vivir una época de globalización virtual donde hasta el acceso carnal a distancia parece posible, hay un lenguaje donde el sonido y el silencio se hermanan nuevamente, un lenguaje donde son ellos los gobernados, un lenguaje indivisible y común a todos los seres vivos: ese lenguaje sigue siendo el musical.
Jenaro Di Paolo
– Tiempo de mitologías –
Diciembre de 2013
Comentarios
Publicar un comentario